Ida: con la velocidad de un viento (la verdad es que Ave es muy rápido – unos 300 km/h) pasando pequeños pueblitos, perdidos en los paisajes ya otoñales, pude distinguir los campanarios de las iglesias, que se asomaban entre los arboles…Fue maravillo observar y poder pensar …
Vuelta: un oasis de tortugas en Atocha, tren de alta velocidad, música en los auriculares un poco de cansancio por la emoción y en una hora y media vuelta a casa!
Pequeños regalitos – dulces de Holanda (me lo trajo mi amiga) y unos “STAMP”, comprados en MADRID…
super vremya mi proveli!!!
ResponderEliminar